Tradutor

martes, 16 de julio de 2013

¿Está el imperialismo gringo en decadencia?

Estados Unidos es una nación que nace y se nutre de las cenizas del genocidio. Desde su concepción se ha alimentado de la savia de los pueblos del mundo. Su poder, su “riqueza” o su “progreso” son los del Drácula, sediento de sangre. Como los vampiros, el Imperio no puede vivir sin la sangre de sus víctimas. Su historia, corta y sangrienta, lo evidencia.
 La revolución estadounidense, también llamada Guerra de la Independencia de Estados Unidos, “liberó” a las trece colonias británicas del yugo de la Corona británica, lideradas por George Washington y apoyados por el imperio francés. A diferencia de otras guerras de independencia, como las africanas o del resto del continente, la población nativa no sólo no participó, sino que fue la principal víctima de la mal llamada independencia. Justo al contrario que la cruzada independentista liderada por Simón Bolívar que incluía a todos los pueblos y razas oprimidas, que fue hecha en su nombre. George Washington lideró una guerra entre invasores, contra una población nativa que sucumbió en pocas décadas a uno de los genocidios más grandes que la humanidad ha conocido. Y aún así lo llaman revolución.
Este apunte no es una mera anécdota histórica, al contrario, marcará el devenir del Imperio gringo hasta nuestros días. El Tratado de paz de París en 1783 lo que realmente supuso fue la creación de un nuevo imperio, en pugna con Gran Bretaña y Francia. Y como imperio no ha dejado de expandirse hasta ahora.
Sin embargo, creemos que EEUU tiene todos los síntomas de un imperio en decadencia, que patalea como gato boca arriba para mantener su hegemonía. Eso lo hace más peligroso, pero a la vez más débil.

Hagamos una breve exposición de esos síntomas:
Destrucción del Estado del bienestar.
Llamarlo “Estado del bienestar” es en sí cínico, porque ni era bienestar, ni llegó a la inmensa mayoría de los estadounidenses. Sin embargo, sí es verdad que las luchas sociales y de derechos civiles, junto con la apuesta keynesiana por un estado social fuerte que alimentara el consumo, hizo que las capas populares tuvieran acceso a educación y sanidad más o menos universales y gratuitas. Eso se acabó con la presidencia de Reagan, y no deja de desmantelarse con Obama.
En la actualidad es el país más desigual de los mal llamados países desarrollados. Como ejemplo, el 21% de los niños vive en la pobreza (comparado con el 3% de Dinamarca) y uno de cada seis estadounidenses es pobre.  
Educación
Bajo la presidencia de Obama se cerrarán decenas de escuelas en su ciudad natal, Chicago. Una de las ciudades con más muertes violentas del país. A lo largo del mismo se suceden las protestas de los maestros que ven cómo su salario disminuye (aún más) y su profesión se ve atacada.
Millones de estudiantes universitarios se licencian con deudas de cientos de miles de dólares que no podrán pagar durante años, y que no les permitirán acceder a crédito, y por tanto a cuestiones básicas como una vivienda propia o incluso a sanidad.
Sanidad
Uno de los problemas sociales más conocidos es que más de 50 millones de estadounidenses carecen de seguro médico (número que no ha dejado de crecer). Si bien es una cuestión ligeramente más compleja, la verdad es que siendo el país del mundo que más gasta en sanidad, es uno de los más desiguales en cuanto al servicio que ofrece a sus ciudadanos.
Es en la sanidad donde, después de en la guerra, más claramente se ven las consecuencias de la insaciable codicia capitalista, que deja morir a personas por el puro beneficio económico.
Obama, si lo pretendía, no ha tenido el coraje de enfrentarse a los dos grandes grupos de poder que son las farmacéuticas y las aseguradoras médicas. Sacó una ley (Obamacare) que pone unos paños tibios a una situación de emergencia social y sanitaria. Mientras, millones de personas no tienen asistencia sanitaria adecuada, y la esperanza de vida y la mortalidad infantil de determinadas zonas son las de un país empobrecido.
Décadas de sanidad privada y propaganda han hecho que la población no considere la sanidad como un derecho, sino como un bien de consumo más, como la vivienda, el transporte, y en poco tiempo, la educación.
Imperialismo y guerra
Decir que EEUU se está metiendo en una guerra sin fin puede parecer un sinsentido, ya que han estado en guerra desde antes de su creación. Así mismo, decir que el gobierno de los EEUU incumple la legalidad internacional y la suya propia, que tortura, que la CIA asesina en cualquier país del mundo, que financia terroristas y mercenarios; que invade, bombardea y masacra pueblos por el control estratégico y los recursos; todo eso no es novedad. Sin embargo, tenemos que hacer un análisis político, coyuntural, de los cambios que se han producido en el país durante los años de Bush, y que se están radicalizando con el primer presidente negro.
Obama gana las elecciones con una de las movilizaciones populares más grandes desde la guerra de Vietnam. Miles y miles de jóvenes se ofrecieron voluntarios para hacerle la campaña electoral. Con la esperanza de quitar de en medio a Bush, el representante del horror de la guerra, de la derecha rancia y conservadora, del fundamentalismo religioso. Obama encaja perfectamente en el papel de poli bueno, en las antípodas, si bien superficiales, de Bush. Negro, del Partido demócrata, urbanita (de Chicago), hijo de familia humilde e inmigrante, supuesto defensor de los derechos civiles.... Con un discurso muy bien elaborado, y una serie de lemas contundentes, como el “Podemos” (Yes we can!).
Cuando la figura de Bush estaba agotada, fabricaron una caricatura de Bush y de Cheney, como los tipos malos e ignorantes, a los que había que sustituir por una persona equilibrada, inteligente, con sensibilidad... Obama prometió sacar a las tropas de Irak, terminar la guerra en Afganistán, cerrar la prisión de Guantánamo y demás prisiones secretas, y un largo etcétera. La realidad es la contraria, Obama se ha convertido en uno de los presidentes más sanguinarios y autoritarios de la historia de EEUU, que está llevando al primer país democrático del mundo a un estado totalitario.
Hay una cuestión que es más importante de lo que a primera vista puede parecer. Es verdad que todo lo que está haciendo la administración Obama en la actualidad no es algo nuevo, al contrario, pero lo que sí es nuevo, es que se hace dentro de la legalidad. Bush y Obama han cambiado las leyes de tal manera que han suspendido la Constitución. Y además lo hace abiertamente. Y esto es algo que no podía hacer Bush, porque para ello necesitaba de un consenso social que sólo un personaje como Obama podía conseguir.
Pero qué son esas cosas tan terribles que está haciendo Obama.
Ejecuciones extrajudiciales y detención indefinida
Cada martes, el presidente Obama firma un listado de nombres de personas que serán ejecutadas mediante ataques aéreos, en su mayor parte con aviones no tripulados o drones.
Estas personas son elegidas por las agencias de inteligencia, entre ellas la CIA. En la mayor parte de los casos toda la información permanece clasificada, por lo que no se sabe quién, por qué o en qué circunstancias se producen las ejecuciones.  Históricamente la CIA había llevado a cabo asesinatos o secuestros en otros países a través de sus agentes. En la actualidad, la agencia opera los aviones desde sus bases. Esto significa que la CIA, una agencia secreta, sin supervisión democrática, está actuando como un ejército paralelo. Si a esto sumamos el enorme ejército privado que lo apoya, la llamada guerra contra el terrorismo ha creado el mayor ejército paramilitar del mundo.
Los ataques se dan principalmente en Paquistán, Yemen y Afganistán, pero otros países como Sudán tambien los sufren. Están matando a miles de personas, la mayoría civiles. Según ellos son combatientes, o terroristas, aunque la definición de combatiente para EEUU es: “todo varón entre 16 y 60 años en la zona del ataque”. Lo que constituye un claro crimen de guerra por parte del Nobel de la Paz.
EEUU está en “guerra global contra el terrorismo”, es una guerra internacional, sin fronteras, sin campos de batalla, sin ejércitos reglamentarios. Tal es así que consideran enemigos a sus propios ciudadanos. Hasta la fecha, 4 ciudadanos estadounidenses, uno de ellos de 16 años, han sido ejecutados extrajudicialmente sin juicio previo mediante un ataque aéreo. Esto es algo sin precedentes en la historia moderna del país.
Además, el gobierno detiene de manera indefinida a “sospechosos de terrorismo, o de colaboración con el mismo”, lo que ha llevado a decenas a las prisiones (incluidos nacionales), sin que se les aplique el debido proceso o el derecho a la defensa.

El Gran Hermano del siglo XXI: Prism
A pesar de que el establecimiento, el bipartidismo, y especialmente Obama tienen un consenso social bastante considerable, lo que no les debería hacer temer ninguna sorpresa, el gobierno está utilizando las nuevas tecnologías para generar un Gran Hermano que ni George Orwell hubiera imaginado.  

No sólo se ha hecho público que periodistas, organizaciones políticas o gobiernos extranjeros en cumbres internacionales son espiados, sino que de manera sistemática se están controlando todas las comunicaciones de todos los ciudadanos. El sistema Prism guarda en un gigantesco disco duro todas las llamadas telefónicas, correos electrónicos, y demás información digital que sucede o pasa por EEUU. 

De nuevo Obama es protagonista de otro record histórico, el del mayor espionaje y control de masas de la historia. Todo con la excusa del terrorismo. Sin embargo, los atentados de la maratón de Boston demuestran que no los evitan, si es que no lo organizaron ellos mismos.

Hay varias diferencias con el espionaje clásico. Primero es un control de masas. La mayor parte de la información no es individual, aunque puede serlo cuando sea necesario. Lo importante es poder controlar el “estado de ánimo”, los gustos, las tendencias, inquietudes, etc, de cientos de millones de personas. Lo segundo es la aceptación social. Si bien no es mayoritaria, buena parte de la población ha asumido el discurso de la seguridad, en el que el espionaje masivo es un mal necesario. Y tercero, y no menos importante, es la privatización de la vigilancia. No son las agencias del gobierno y el ejército las que están encargadas de todo ese sistema, sino compañías privadas contratadas por el gobierno. En concreto, Snowden, el joven que filtró que la Agencia de Seguridad estaba espiando a sus ciudadanos, trabajaba para una compañía privada. Los cientos (o miles) de agentes privados tienen acceso a todas las comunicaciones de todos los ciudadanos con acceso a internet. Una barbaridad.

Todo esto no se hace sin resistencia. Apenas empezando, pero creciendo, cada vez más gente se opone a las políticas neoliberales, guerreristas y criminales del presidente Obama. Pero la represión no se he hecho esperar y los arrestos ya son cientos. El pueblo estadounidense necesita de la comprensión, la ayuda y la solidaridad internacional. Su destino es el del resto de la humanidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario