EL FIDEL QUE CONOCÍ
por Julio López Campos.
Sin tener ningún mérito personal que lo
explique –de no ser las generosas oportunidades que brindan las revoluciones
victoriosas– tuve abundantes ocasiones de ver y escuchar a Fidel.
A más de 30 años de esas experiencias, por
primera vez escribo unas líneas, para compartir algunas impresiones y
expresiones que perduran en nuestro recuerdo, del dirigente y estadista
revolucionario más importante de la historia reciente.
1.- Su superioridad residía en la ética y
el humanismo. Enseñaba a los políticos y dirigentes revolucionarios a no mentir
jamás. No hay manera de ocultar una mentira. Político que miente se
desprestigia. El dirigente no es una estrella de cine, por mucho que lo
enfoquen las cámaras. Cuidar celosamente la conducta personal. En otro plano:
Nadie tiene la suficiente fuerza moral para pedirle a otro revolucionario que
ponga en peligro su país o su revolución.
2. Lealtad. Respeto por uno mismo, los
principios y los demás, es imprescindible. Debe respetarse al adversario
consecuente. La confianza, indispensable. Esta debe cuidarse. Una falta puede
destruirla de forma irreparable. Honesto y trasparente. Siempre hay que decir
la verdad, pero no estamos obligados a decir toda la verdad, menos aún, cuando ni
siquiera nos preguntan por ella.
3.- Todo lo hacemos por la gente y la
humanidad. Salud y educación prioritarias. Confiar y estar siempre cerca del
pueblo. El capitalismo es explotador y depredador. Solo hay una salida posible,
el socialismo. No claudicaremos jamás. Así nos quedemos solos en el planeta con
nuestras banderas, nuestro último grito en defensa del socialismo se escuchará
hasta en Marte. Mucho antes de la desaparición de la URSS dijo: “Seremos
testigos de un acontecimiento histórico sin precedente en la historia de la
humanidad, el tránsito del socialismo al capitalismo en una sociedad” (la
URSS).
4.- Mente esplendente. De memoria
asombrosa. Informado como pocos en el mundo. Abnegación y pasión por el
conocimiento. Procedía por oleadas en ascenso, al examen de aquellos temas
esenciales, por ejemplo: la impagable deuda externa. Compartía el avance
gradual de sus análisis. No descansaba hasta conocer el problema en su
totalidad y llegar a la esencia del mismo. Se anticipaba a los acontecimientos.
Procedía como las ciencias.
5.- Creador. Sobre todo, original.
Actualizaba y fortalecía la obra inacabada de Marx y Martí. No usaba manuales,
ni repetía dogmas ni nombres, ni fraseología revolucionaria, pero afinando el
oído, podía escucharse en el trasfondo su disciplina con el método de Marx y el
ejemplo de Martí.
Para él, mas allá de los flujos y reflujos
de las luchas, siempre son tiempos de revolución. La lucha revolucionaria es
siempre de imperiosa actualidad.
6.-Nuestros adversarios y el imperialismo en
particular, son insaciables en la demanda de concesiones. Nunca se darán por
satisfechos. Siempre quieren mas concesiones. Solo podremos dejarlos
satisfechos, hasta que nos vean derrotados, de rodillas. Hay que ser flexibles,
pero determinar rigurosamente los límites y saber defender con firmeza nuestras
posiciones.
7.- La estrategia no se debe improvisar.
Hay que calcular muy bien lo que ocurrirá si se gana o se pierde. Nunca hay que
vacilar ni quedarse a medio camino en el desarrollo de la estrategia. Es la
derrota asegurada. Todas las consecuencias deben estar de previo previstas y
preparadas para actuar en consecuencia. Se gane o se pierda. Insistió con la
dirigencia sandinista: ¿que pasará si pierden las elecciones?
8. Dirigente sin horario. Vocación de
maestro, ideólogo revolucionario. De cultura universal. Dedicaba las horas que
fueran necesarias para explicar una posición o para escuchar a su interlocutor.
Así como enseñaba, escuchaba. Preguntaba siempre hasta el más pequeño detalle,
rara vez recibía las respuestas esperadas. Cuando se hablaba de Nicaragua daba
la impresión de saber más que los dirigentes sandinistas.
9.-Internacionalista. Sin contar con la
mejor tecnología era capaz de dirigir hasta en sus detalles los combates
lejanos de una guerra, como aquellos memorables contra el ejército sudafricano.
Conocía los nombres de los principales combatientes, así como de los lugares
donde luchó el FSLN o lo hacía el FMLN.
10. Consciente de su preminencia en la
dirigencia de la Revolución cubana, que el atribuía humildemente a su mayor
experiencia. Respetuoso de los demás dirigentes. No acumulaba riqueza personal.
No imponía sus puntos de vista. Explicaba, persuadía y acataba las instancias
establecidas por el partido o el gobierno cubano.
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