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domingo, 1 de febrero de 2015

Sin renunciar a uno solo de nuestros principios.

Entre tantas cosas que se dijeron con la caída del muro ya hace medio siglo, no faltaron los que pusieron sus ojos en el devenir de Cuba, anunciando el principio de su fin. Hace unos años, cuando Fidel renunció a sus cargos para dar paso a Raúl, otras tantas cosas se afirmaron en relación con el ocaso de la Revolución. Y hace menos tiempo, cuando Raúl anunció la Nueva Política Económica, las interpretaciones maliciosas (por decir lo menos) nos hablaron de la rendición ante el capitalismo de la isla.

Qué podría asombrarnos ahora, de la forma como se lee la noticia mundial que hizo eco en todos los medios internacionales, del proceso de restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y EEUU. Qué más podría asombrarnos el tenor que tomó dentro de nuestra propia prensa criolla, que bien sintonizada con el pensamiento capitalista, nos tuvo hace un par de semanas especulando sobre el futuro de la patria cubana, la única que con honor y dignidad ha logrado permanecer con firmeza y decisión sobre la base de la existencia y desarrollo de la humanidad, sobre la base del bienestar de todo su pueblo.



Podríamos hacer aquí, un largo entredicho con las decenas de opiniones de periodistas, cientistas de turno, y políticos del amplio abanico de tendencias (algunos de izquierda como se dicen), respecto de su oportunismo, sus ejemplos burdos y sus conjeturas sacadas de alguna pagina de la red anticubana. Para qué perder el tiempo discurriendo entre las palabras archirepetidas de aquellos que las articulan, atrincherados en viejas caricaturas. Nosotros preferimos quedarnos con los hechos, en esta ocasión que celebramos con respeto y alegría, con sentimiento de hermandad con el pueblo cubano y sus líderes, este nuevo aniversario de la Revolución.

Indesmentible es ya hace mucho, la difícil condición de Cuba para sortear el bloqueo económico que le fue impuesto por EEUU, que a decir verdad desaprueban la mayoría de los países en el campo diplomático, pero que al momento de la verdad, actúan replicando los discursos y parámetros con tal de no enemistarse con sus socios del imperio. No ha habido ninguna acción internacional conjunta y decidida de ellos a favor de Cuba, más que tímidas declaraciones morales sin efectos, ni siquiera bajo el precepto del derecho a la autodeterminación que tanto esgrimen los diplomáticos.

Sin embargo, aún más indesmentible, es lo que el pueblo cubano ha logrado en estos 56 años de Revolución. Quién duda de los avances técnicos, humanos y sociales que goza el pueblo cubano, riqueza propia construida con trabajo, para lo cual no se ha tenido que explotar a nadie. Bien conocido por todos es que si en Chile, un problema grave de salud no puede encontrar respuesta (lo que es bastante habitual), la vista se vuelve hacia la isla. Los aportes en ciencia médica se saben bien en nuestro pueblo, cuando misiones de Cuba han venido a solidarizar tras una catástrofe; y también cotidianamente, cuando en el servicio de salud pública, nos encontramos con el tono de voz caribeño de quien nos atiende en el consultorio.

Indesmentible es que en todo evento deportivo, los cubanos tienen una destacada participación, resultado de las políticas aplicadas en esa materia. Para que decir de los avances en la educación de niños y jóvenes, que medidos por indicadores internacionales, los ubican en los primeros lugares de Latinoamérica en cultura y conocimientos. El desarrollo de la investigación científica y sus aplicaciones dentro de la reproducción de la vida del pueblo. Para qué continuar.

Cuba

Es cierto que desde acá, se hace difícil entender muchas cosas. Sobre todo, si el pueblo chileno (que difícilmente podrá tomar alguna vez en su vida unas vacaciones en la isla), se ve inducido comunicacionalmente, por todos esos detractores que tienen el privilegio otorgado de ser portavoces del sistema que nos rige, que declaman con algo de culpa o sin ella; pues si la culpa fuera mucha, no tendrían pantalla, ni columna en algún medio escrito. Romper el cerco ideológico que construye las ideas, la “opinión pública” y los valores, es una tarea difícil al centro de este modelo capitalista, donde vivimos los chilenos, aquí donde nos hemos mal educados, donde los valores son entendidos de formas tan groseras y distorsionadas. Cómo tener una mirada objetiva, cuando se realza que el pueblo cubano no tiene en sus casas un televisor Led full HD, si es un lujo acceder a un chocolate sahne nuss, si los jóvenes tienen problemas para conectarse a Internet, etc; cosas que en Chile aparecen definidas curiosamente como “canasta básica”. Racionalmente un poblador chileno ¿estaría dispuesto a sacrificar el sahne nuss, si a cambio tuviera una pronta atención en salud? Al parecer la lógica de lo básico, está un tanto extraviada para aquellos que hacen juicios de la situación de Cuba, que lo más probable, sí hayan conocido las playas de Varadero, hayan disfrutado junto a la masa de turistas de distintas partes del mundo y, quizás, hayan traído el “jineterismo” como postal.

Por eso nosotros, tan lejos, pero tan cerca de la Revolución Cubana, nos sentimos identificados con esa sociedad donde se ha trastocado la lógica de naturalizar la explotación; donde no es lógico hacer más horas extras a costa de ver menos a la familia, con tal de sacar algo más de Cubasueldo a fin de mes; donde el consumo incontrolado gracias a la tarjeta plástica, no es la manera de estar integrado al mundo; donde el estudio no es para satisfacer un mal sentido aspiracional de la vida, sino que para desarrollarse integralmente como ser humano.

“Sin renunciar a uno solo de nuestros principios”, fueron palabras dichas por Raúl cuando iniciaba el discurso que anunció las nuevas relaciones con EEUU. Creemos en ello, creemos en Raúl, creemos en el pueblo cubano. Por eso saludamos a Cuba este nuevo 1 de Enero. Nos alegramos que en este nuevo aniversario, los cinco compañeros se encuentren en su tierra gracias a la política exterior de los líderes de la revolución. Ver las expresiones de júbilo y amor de sus madres, esposas, hijos, amigos, nos emociona y nos alegra; y lo anotamos como un nuevo triunfo en el concierto internacional, no sólo de Cuba, sino de la lucha de los pueblos por la libertad, por la justicia y la igualdad. Un triunfo más del compromiso revolucionario.

Por eso decimos que la Revolución es necesaria, y puede ser posible, porque es la solución. Chile sería otro, haciendo una política donde el uso de todos sus recursos (que son muchos) vaya en beneficio de nuestro pueblo. Ya se quisiera Cuba, los recursos económicos que nuestra tierra da. Ya se quisiera Chile, lo que Cuba tiene gracias a los 56 años de Revolución.

Hasta la Victoria.
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