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domingo, 26 de octubre de 2014

LA REBELIÓN DE LOS HAMBRIENTOS. 

La fábrica de "población sobrante" del sistema capitalista y el constante proceso de ajustes sociales y de desocupación masiva generan como emergente más inmediato bolsones latentes de rebelión y de estallidos sociales que se pueden potenciar a niveles impensables dentro del colapso económico financiero que sigue amenazando a la economía nivelada a escala mundial. ¿Qué puede detener a un hambriento en guerra por la supervivencia? Es una pregunta. para la cual todavía el sistema no tiene respuestas. Salvo las balas.

Que en algún momento, van a resultar inútiles para detener la avalancha en marcha de los condenados de la tierra avanzando como zombies sobre las metrópolis en búsqueda de alimentos.
El capitalismo, está probado, carece de una salida inclusiva y también de una salida asistencialista de fondo para la masa de población sobrante que se incrementa aceleradamente con la crisis económica del sistema.


Pague o haga dieta: es la receta final del sistema capitalista para la masa mundial de población sobrante, empobrecida y hambrienta, que permanece fuera del mercado del consumo.
En la actual configuración del sistema productivo mundial (sólo orientado al segmento de los que pueden pagar) es lógicamente improbable (sino imposible) reincorporar a la masa de "población sobrante" que sólo podría realizarse por medio de la "socialización" del producido de riqueza mundial.

Algo imposible de realizar dentro de los parámetros de rentabilidad privada que rige la estructura capitalista nivelada para todo el planeta.

El sistema, más allá de un asistencialismo superficial, no está diseñado ni preparado para cubrir contingencias alimentarias a gran escala como ya se verificó con la crisis alimentaria producida por la suba de alimentos en el 2008.

¿Y qué va a pasar cuando los pobres y los hambrientos, empiecen a estallar como una masa de rebelión violenta por las áreas emergentes y subdesarrolladas del sistema a escala global?
No hace falta mucha imaginación (el fenómeno ya se verifica en la realidad) para mensurar el factor apocalíptico masivo que representaría para el sistema el avance de ejércitos de hambrientos buscando comida para supervivir en las grandes urbes, enfrentándose a la violencia de la represión militar o policial.

¿Qué puede detener a un hambriento en guerra por la supervivencia? Se trata del instinto de conservación, el primer sistema de señales que guía la conducta de un ser humano o de un animal en situaciones extremas de lucha por la supervivencia.

¿Acaso se utilizarían tanques, aviones y arsenales nucleares para detener a los miles de millones de pobres atacados de "hambre celular" que se abalanzarían masivamente sobre las ciudades para conseguir alimentos por los medios que fuesen?

¿Con qué discurso los políticos corruptos del sistema podrían contener a los atacados de incontinencia alimentaria y reencauzarlos por la senda de la "civilización" y de la "gobernabilidad democrática" capitalista?

¿Cuánta propiedad privada concentraría un "empresario" capitalista antes de que las multitudes de hambrientos saqueen su casa y destruyan todo lo que encuentran a su paso, incluso su vida y la de su familia?

¿Cuántas balas o misiles alcanzarían a disparar las tropas militares antes de ser destrozadas por las multitudes enfurecidas por el hambre y la reacción instintiva de la búsqueda de supervivencia a cualquier costo?.

¿Qué puede detener a un hambriento en guerra por la supervivencia? Es una pregunta. para la cual todavía el sistema no tiene respuestas. Salvo las balas. Que en algún momento, van a resultar inútiles para detener la avalancha en marcha de los condenados de la tierra avanzando como zombies sobre las metrópolis en búsqueda de alimentos.

¿Ciencia ficción? No, solo recuerdos del futuro.

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