CARTA DE UNA HIJA A SU MADRE GUERRILLERA.
"Que
saben ellos de humanidad y dolor"
Hola mami:
No sé cuándo
llegará esta nota a tus manos, pero quiero que sepas que eres la mejor mamá del
mundo, la persona que más quiero, la persona por la cual al levantarme le doy
gracias a DIOS por haberla puesto a mi lado, por dármela de mamá, esa persona
tan maravillosa como eres tú, porque sé que aunque no te tengo, te reconstruyo
con los pocos recuerdos que tengo de ti.
Hoy 19 de
enero, exactamente a las 19:15, sentada en la sala, por mis pensamientos pasan
muchas cosas, y una de ellas es la persona más importante de toda mi vida, esa
persona eres tú, madre. Cuando me siento sola y me da frío, tu cariño y tus
alegrías me llenan de fuerza para salir adelante cada día, para pasar por
encima y vencer los obstáculos.
Pero no es
suficiente, mami. Este extraño gobierno me ha negado el derecho de ser libre
para amarlos, desde el mismo día en que tú y papá me concedieron la vida. Tú no
imaginas la agonía que se siente al ver cómo pasan los años sin saber de ti.
Hay momentos
en que estallo en cólera con quien me regaña. Dicen que es por mi bien, porque
todavía soy una muchacha que no sabe qué es la vida, a la que le falta mucho
por vivir, por aprender de la crueldad de la guerra. Que lo hacen para que no
me desvíe del camino, para que sea unamejor persona. Pero mi rebeldía me impide
entender eso, pienso que es malo. Sin embargo, poco a poco aprendo que es por
mi bien, porque quieren lo mejor del mundo para mí.
¿Sabes? me
da tanta ira lo que dicen los medios. Qué saben ellos de humanidad y dolor. A
mis escasos tres años vi asesinar a mi padre a manos de la policía, y mi abuelo
a manos del paramilitarismo. Me negaron así la posibilidad de tener quién me
guiara.
Mami, la
vida no es fácil, la vida de la ciudad se muestra agresiva. En los colegios se
sufre otra guerra, la guerra del matoneo estudiantil, del que los medios de
comunicación sólo hacen drama.
Al fin, esta
niñita rebelde le pide a DIOS todos los días por tener noticias de mi mami.
Extraño mucho tu presencia en las entregas de boletines, para que te dieras
cuenta lo que tu bebé ha avanzado, lo que se le dificulta, lo que le hace
falta. Lloro sin compasión, vivo aburrida, quisiera poder compartir todo lo que
nos pasa, saber de tus tristezas, poder decir el día de mi grado: les presentó
a mi mamá y a mi papá, o mejor, al mostrar mis fotos de grado decir, miren a mi
familia, contando a mi mama y a mi papá, a mi abuelo, abuela, tíos, primos,
bueno decir esta es mi gran familia a la cual quiero tanto.
¿Sabes?
Tengo el corazón en la mano escribiéndote esta nota. Pero este dolor que se
acrecienta en mí como un puñal, tiene nombre propio: represión. Porque aun
siendo menor de edad, comprendo que lo hacen para someterte y chantajearte. Me
impiden hasta tener una foto o una nota tuya, porque si la conservo, la
utilizarán para intimidar a quienes me rodean, acusándolos de auxiliadores de
la guerrilla.
Por los
allanamientos que han hecho a mis tíos y a la casa donde vivo, nos tocó borrar
cualquier rastro de ti. Nos ofrecen plata, como si la vida de una madre se
pudiera vender y comprar.
Eso me
impulsa a ser más fuerte, y si algún día, llego a ser alguien, lo seré, pero
para el pueblo que tú defiendes.
Hoy te
quiero decir, me felicitaron por mi rendimiento académico, me está yendo muy
bien.
Este año me
graduaré, y me sentiré orgullosa de representar a los tantos hijos de hombres y
mujeres que sacrificaron el amor de sus hijos, para que tengamos un futuro
mejor, no solo de mí, sino de todos los niños de Colombia.
Ojala logre
ver una patria nueva, y en ella tu rostro.
Te amo, mami…
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