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lunes, 4 de febrero de 2013


Mamá, ¡mira a Fidel! 

Remembro al Fidel de verdeolivo, que como palma se erguía entre las masas, de voz baja, pero vibrante. Aquel desafiante de Goliats, nuestro David moderno. Verle siempre es noticia para aquellos que guardamos en el recuerdo su imagen de titán.

Nos tomó a todos por sorpresa. No lo esperábamos en las noticias, o al menos, no Ernesto -que no lo vivió a diario en la prensa, vestido con su inigualable verde olivo y metido de  lleno en el avance y los sueños de nuestra isla.

Por lo que cuando lo vio aparecer, así de pronto, como noticia de última hora, investido ahora con su ropaje de campeón olímpico, Ernestico no pudo más que gritar:

-Mamá, ¡mira a Fidel! ¡Cómo se parece a mi abuelo!


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